Reina por casualidad, se convirtió en la monarca más influyente y querida del mundo. En el año 1936, su tío Eduardo VIII abdica porque se quiere casar con Wallis Simpson, una norteamericana que se había divorciado en 2 ocasiones, algo que era inaceptable para ser reina consorte. Por lo que Isabel tiene que empezar su preparación para ser la futura reina con sólo 10 años de edad.
Fue la hija mayor del rey Jorge VI de Reino Unido e Isabel Bowes-Lyon, nació el 26 de mayo de 1926 en Mayfair Londres, en la casa de sus abuelos maternos, la cual sufrió severos daños durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y al poco tiempo fue demolida. Hoy la sustituye un elegante restaurante asiático y en él podemos encontrar una placa que conmemora el nacimiento de la futura reina.
Lilibet, como la apodaban, era una niña algo tímida. Con 13 años tuvo tutores que la educaron en matemáticas, francés e historia; además recibió lecciones de baile, canto y arte. Sus padres también tenían un papel importante en su enseñanza: su padre, Jorge VI, le enseñaba las dificultades de ser un buen monarca; su madre, Isabel, en ocasiones se hacía pasar por diferentes dignatarios para que aprendiera a abordar una conversación con ellos.
En 1937 la familia real visita la Real Academia Naval de Dartmouth, donde Isabel conoce al que será su esposo, un atractivo y joven Felipe de Grecia.
Eran primos segundos, ya que él era tataranieto de la reina Victoria. Familia y de Sangre Azul, ¿qué puede salir mal? vamos, todo un partidazo. El único problema que se veía en el matrimonio es que la familia de Felipe había sido depuesta y desterrada en el siglo XIX, por lo que los reyes no veían nada bien que un proscrito se casará con su pequeña.
Durante la Segunda Guerra Mundial la princesa se alistó en el ejército, y con tan sólo 18 años se incorporó como Ayudante Técnico Sanitaria, siendo algo extraordinario y sin precedentes. Durante 6 meses hizo el curso de mecánica automotriz, aprendió a conducir todo tipo de vehículos (jeeps, camiones, ambulancias…) y desmontar motores, repararlos y volverlos a montar. Además, fue nombrada comandante en jefe del Servicio Naval Real de Mujeres, la Fuerza Aérea Auxiliar y el Servicio Territorial Auxiliar de Mujeres.
El 8 de mayo de 1945 los alemanes se rinden, dando fin a la Segunda Guerra Mundial. Londres rebosaba de alegría, la gente se echó a la calle para celebrarlo y la joven princesa y su hermana se unieron a la fiesta, los reyes dieron permiso para que fueran a celebrar con la multitud.
Isabel desde niña era ya una celebridad, los mejores modistos querían vestirla. Una mujer de su porte tenía que cambiarse de vestido más de una vez al día, sobre todo cuando viajaba y tenía que asistir a muchos actos públicos.
Dos años después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial se casa con el atractivo y joven Felipe de Grecia en la abadía de Westminster, mismo lugar donde sus padres contrajeron matrimonio. Fue una boda con unos 2000 invitados, retransmitida por la radio nacional BBC a más de 200 millones de personas en todo el mundo. Recibieron unos 10.000 telegramas de felicitación y más de 2.500 regalos de boda: desde una máquina de coser Singer hasta un diamante de 54,4 quilates.
En los siguientes tres años la feliz pareja tendrá dos de sus cuatro hijos, Carlos y Ana.
El 6 de febrero de 1952, mientras estaba de viaje en Kenia, el rey Jorge VI fallece debido a un cáncer de pulmón causado por el abuso del tabaco, y a la edad de 25 años Isabel se convierte en reina.
Tres semanas después de su coronación, Isabel hizo su primera visita como reina a Escocia, donde una gran multitud esperaba para verla. En esta visita asistió a un servicio especial en la catedral de Saint Giles, donde le fueron entregados los honores de Escocia, corona, cetro y espada, siendo presenciado por 1700 fieles que asistieron por invitación a esta especial ceremonia. Los días que pasó en Edimburgo se hospedó en el palacio de Holyrood.
Los primeros años como reina no fueron nada fáciles, tuvo que enfrentarse a la renuncia del Primer Ministro, Winston Churchill, y a problemas familiares, ya que su hermana quería casarse con un ex héroe de guerra divorciado, algo que el parlamento y la iglesia de Inglaterra no veían con buenos ojos.
Las dos siguientes décadas de reinado tampoco fueron mucho mejor, las colonias británicas en África y el Caribe empiezan a independizarse, pero seguirán siendo parte de la Commonwealth.
Aunque no todo va a ser malo, la reina fue una gran jefe de Estado y excelente en relaciones internacionales, por ello era muy querida en estos ya independizados países.
Isabel II estuvo fuertemente ligada a Escocia, ya que descendía de reyes escoceses por parte de madre y padre, y podemos decir que incluso descendía de la mismísima María Estuardo.
Cada año durante la primera semana de julio la reina pasaba unos 7 días en el palacio de Holyrood en Edimburgo. Un servidor tuvo el placer de verla en varias ocasiones en su Rolls-Royce pasando por la Royal Mile, incluso en una ocasión pude presenciar, a unos 2 metros de distancia, cómo se bajaba ella solita del coche, en aquel momento tenía 93 años, ¡qué fortaleza!
Le encantaba veranear en Escocia en las Highlands, le encantaba tanto Escocia que vino a morir en ella, donde cada año pasaba varias semanas en el palacio de Balmoral, el cual había sido adquirido por la reina Victoria y el príncipe Alberto en 1852.
Balmoral era la residencia favorita de la monarca; allí podía pasar tiempo con su familia apartándose de sus deberes como reina, y podía comportarse como “una persona normal”.
Tuvo un reinado lleno de luces aunque también hubo alguna que otra sombra… La separación de Carlos y Diana de Gales, y su posterior fallecimiento en un accidente de tráfico, la ruptura con su nieto el príncipe Harry durante la pandemia del COVID19…
A pesar de todo esto siempre fue muy querida, una enamorada de Escocia, y de su Gran Bretaña, donde reinó con gran devoción y compromiso absoluto con esta su nación.
Como dijo cuando tenía 21 años: ”Declaró ante ustedes que toda mi vida, ya sea larga o corta, estará dedicada a su servicio”. Y así fué.
Una mujer que vio con sus propios ojos llegar a los romanos a las islas británicas, conoció a William Wallace, presenció el reinado fallido de María Estuardo, estuvo presente durante las guerras Jacobitas, firmó el Acta de Unión de 1707… ¿O puede que tengamos la sensación de que lleva ahí toda la vida y no viviera todo esto? De lo que sí estoy seguro es de que pasó varias pandemias y dos Guerras Mundiales y conoció a 14 presidentes de Estados Unidos, 7 papas y 15 primeros ministros, incluyendo a Liz Truss quien la visitó hace dos días, ¡ahí es nada!
Nosotros que pensábamos que viviría para ver la tierra extinguirse, y hoy 8 de septiembre de 2022 a sus 96 años y 70 de reinado nos ha dejado oficialmente Isabel Segunda, por la Gracia de Dios, reina del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y de sus otros Reinos y Territorios, jefa de la Commonwealth y defensora de la Fe, cuyo nombre secular era Isabel Alexandra Mary Windsor. Desde aquí te deseamos que llegues al paraíso de los reyes y reinas, que seas recibida con todos los honores y brindéis todos juntos por toda la eternidad con un buen whisky escocés.
Long live The Queen.