Carlos, príncipe de Gales, se convertirá automáticamente en rey, si es que decide serlo, claro. Si no, la corona será para su hijo William y dará comienzo un plan secreto llamado “Operación London Bridge”, protocolo de actuación que está preparado para el día que muera la reina desde los años 60’. Y, nos guste o no, tendrá un gran impacto en nuestras vidas, hablo sobre todo de los que vivimos en Reino Unido y en los países miembros de la Commonwealth.
D-Day es como llamarán al día de la muerte, el que será el primero de 10 días de luto. Este día la gente saldrá pronto del trabajo.
La primera persona en enterarse de la muerte, además de su familia y el médico real, será el secretario privado de la reina, que en la fecha que escribo el artículo es Edward Young. Él será el encargado de llamar al Primer Ministro o Ministra que esté en el poder para comunicar la noticia, y solo le dirá 4 palabras; London Bridge is Down “El puente de Londres ha caído”, dando comienzo el protocolo. La noticia se extenderá en secreto entre los funcionarios públicos, con un simple mensaje o llamada diciendo “London Bridge is Down”.
Los siguientes en ser informados serán los 15 gobernadores de los países de los que Isabel es jefa de Estado, seguidos de los 36 países restantes de la Commonwealth y del resto de países del mundo. Si para cuando esto haya ocurrido la noticia no se ha filtrado, los próximos en ser informados serán la prensa mundial y las cadenas de televisión.
La prensa y las cadenas de televisión británicas también están preparadas para el día en que esto ocurra, por lo que ya tendrían música y videos predeterminados para la ocasión. Alguna emisora tiene ya firmados grandes acuerdos para ser ellos quienes den la cobertura del funeral en exclusiva. Estas cadenas hacen ensayos sobre la noticia de la muerte de la reina, pero sustituyendo su nombre por el de “Sra Robinson”. Además, todo presentador que dé la noticia tendrá que ir vestido de negro, ropa que se rumorea ya tienen preparada a la espera del D-Day.
Las estaciones de radio en Reino Unido tienen una bombilla azul, que se prueba todas las semanas, y solo se usa para alertar de que algún miembro de la casa real o personalidad política ha fallecido. El D-Day esta bombilla empezará a parpadear en señal de que algo va mal, avisando a los presentadores para que paren el programa lo antes posible. Comenzará a sonar una música triste, siendo la primera señal que tendremos los mortales de que algo está pasando.
Por otro lado la BBC, cadena de televisión pública británica, unirá la BCC One, Two y Four, o sea, se fusionarán en una sola cadena, y el logo de la cadena se tornará negro, también poniendo música lúgubre. Además, la BBC recibirá un aviso especial a través de un sistema creado durante la Guerra Fría para advertir sobre la llegada de misiles. Y ahora sí, en todas las cadenas de televisión y emisoras de radio saldrá un presentador para dar la noticia simultáneamente en todo el mundo.
Mientras los medios de comunicación están dando la noticia, un lacayo vestido de luto colocará un letrero a las puertas de Buckingham Palace con la noticia.
Si la reina fallece en mitad de la noche, esto no lo anunciarán hasta las 8 a.m. Poco tiempo después del anuncio, las banderas de todo el país se pondrán a media asta y las campanas doblarán por horas.
Si el anuncio de la defunción se produjera en mitad de un vuelo que ha partido desde o se dirige hacia cualquier punto del Reino Unido o si fuera un vuelo de la compañía British Airways, el piloto te daría la triste noticia antes de aterrizar.
Las dos cámaras del parlamento se reunirán y jurarán lealtad al nuevo monarca, que se presentará en la cámara de los lores y dará su primer discurso ya como rey.
Pero... ¿Qué pasaría si la muerte tuviera lugar fuera de las islas británicas?
El escuadrón No 32 en un avión de la Royal Air Force (Real Fuerza Aérea Británica) repatriará el cuerpo.
Y si la reina falleciera en el castillo de Windsor o Sandringham House, el féretro sería traído en coche hasta el palacio de Westminster.
Tours y excursiones en Escocia |
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¿Y si la reina muere en Escocia? Podría ocurrir, ya que es el lugar donde pasa 3 meses al año. Bueno, el protocolo en este caso sería algo diferente. Además de poner en marcha la operación London Bridge, se pondría también en marcha un plan paralelo llamado Operación Unicornio, algo que suena entre a chiste y fantasía.
La actividad en el parlamento en Escocia se pararía, lo cual permitiría a todas las autoridades disponer de tiempo para organizar el funeral.
El cuerpo descansaría en el Palacio de Holyrood y después su ataúd sería llevado por toda la Royal Mile hasta la catedral de St Giles, donde se realizaría una misa solemne en su recuerdo. Para finalizar, se llevaría a la estación de tren de Waverley para ser colocada en el Royal Train de regreso a Londres.
El problema si el fallecimiento ocurriera en Escocia sería hacer frente a las miles de personas que irían a Edimburgo para firmar en el libro de condolencias de Holyrood.
Yo no deseo la muerte a nadie, pero, el día que la reina fallezca, prefiero que lo haga en Escocia.
D-Day +1, o sea, el día siguiente a la muerte de la reina, a las 11:00h, Carlos será proclamado rey en el palacio de St James de Londres. Inmediatamente después, tendrá que hacer un tour para visitar las capitales de las 4 naciones del Reino Unido y asistir a misas funerarias y verse con los primeros ministros.
D-Day +4, el ataúd abandonará la sala del trono del palacio Buckingham para dirigirse a Westminster Hall, trayecto que hará en un carro tirado por caballos por las calles de Londres. Allí permanecerá 4 días para que el pueblo pueda visitarla y darle el último adiós.
D-Day +9, el día del funeral, las joyas reales serán retiradas del ataúd y limpiadas. Será un día triste para el pueblo británico, día de luto nacional donde nadie irá al trabajo, las bolsas se pararán y las tiendas no abrirán.
A las 11:00h el ataúd llegará a la Abadía de Westminster para darle la última misa a la reina antes de ser llevada al castillo de Windsor, donde se le dará sepultura. Esta distancia son unos 37 km que se harán a pie, en un carruaje tirado por 138 mineros de la Marina Real.
Esto será el final de una era, la familia real británica ya no volverá a ser la misma. Una monarca respetada por todos y querida por muchos. Comenzará un nuevo reinado, ya sea su hijo o nieto, pero nunca será igual o comparable al de la reina Isabel II.