Cierto que muchos de ellos están habitados y otros son ruinas, pero hay algunos que pueden visitar, además del de Edimburgo .
El castillo de Craigmillar es uno de ellos, ha salido en la pequeña y gran pantalla en varias ocasiones, como en la famosa serie Outlander o en la película de Netflix El Rey Proscrito, que está ubicado en Robert de Bruce.
Pero del castillo que quiero hablar es el de Lauriston, en el que tuve la suerte de trabajar como guía durante varios meses y la verdad es que es impresionante; os dejará con la boca abierta.
El castillo en sí es una casa de campo a la que, por prestigio, se le dio ese título. Para mí es una de las joyas escondidas de Edimburgo, pues visitarlo es como trasladarse al siglo XIX.
Los últimos dueños, William Robert Reid y Margaret J. Reid, tuvieron muy buen gusto para coleccionar antigüedades, desde la mayor colección de jarrones de "Blue John" del Reino Unido, pasando por guías de viajes, tapices y todo tipo de muebles que puedas imaginar para decorar una casa de finales del siglo XIX y principios del XX. La pieza más antigua que hay en la casa es una mesa de mármol italiano del siglo XV.
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El primer documento escrito en el que aparece el nombre de Lauriston es del año 1299 y es el nombre que se le dio a la tierra donde se encuentra hoy el edificio. La parte más antigua del castillo data del año 1590, aunque se cree que entre 1299 y 1590 hubo otro edificio del que no se sabe nada.
Lauriston ha tenido hasta 30 dueños a lo largo de su historia, algunos muy importantes y otros no tanto. Uno de los primeros dueños fue el padre del famoso matemático John Napier , quien descubrió los logaritmos neperianos, aunque John nunca vivió en el castillo .
El edificio no sufrió ningún cambio hasta el siglo XIX, durante el cual cambió de manos en varias ocasiones y tres de sus dueños decidió hacer reformas para que luciera más impresionante, si cabe, para la época.
El famoso arquitecto William Henry Playfair fue el encargado de diseñar una de las extensiones que se le aplican a los principios del siglo XIX.
William Robert Reid muere en el año 1917 y su mujer Margaret años después, en 1926. Nunca tuvieron hijos para dejarles el castillo en herencia, por lo que Margaret tuvo el donarlo al gobierno de Escocia como casa museo, con la única condición de que no se vendiera nada y que se quedara todo como lo dejaba ella, para las próximas generaciones experimentadas disfrute del gusto decorativo de la época.
Las visitas al castillo son limitadas, ya que en invierno solo abre sábado y domingo, y es una visita guiada, no se puede ver por libre. Los guías, que trabajan como voluntarios, son unos expertos en la historia del castillo, ya que llevan muchos años dedicándose a enseñar a los turistas de todas las partes del mundo. La visita solo es en inglés.
Horarios | Lunes a viernes | Sábado y domingo |
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1 noviembre - 31 marzo | Cerrado | 14:00 y 15:00 |
1 abril - 31 octubre | 14:00 y 15:00 (viernes cerrado) | 14:00, 14:30 y 15:00 |
Ticket | Precio |
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Regular | £8 |
Senior 60+ | £6 |
Además del castillo también puedes visitar sus jardines, donde encontrarás un jardín japonés y unas vistas al estuario del Forth maravillosas. La visita es gratuita.
Para llegar desde el centro de Edimburgo, Princes Street, tienes los autobuses 27, 37 y 29, que tardan unos 20-25 minutos en llegar. Se cogen en frente de la estación de tren Waverley.
Espero que os haya gustado el artículo y os animéis a visitar Lauriston, ya que es un sitio único y, por desgracia, bastante desconocido. Una cápsula del tiempo a la que personajes históricos como Walter Scott ayudaron a mantener en pie.
Decidme qué os ha parecido y dejadme un comentario más abajo si tenéis alguna duda.