Halloween en Escocia: Todo sobre su origen
Halloween en Escocia

Halloween en Escocia

Samhain, conoce el origen Halloween

¿Todos conocemos Halloween? Sí, hombre, esa festividad que se celebra cada 31 de octubre, donde nos disfrazamos y salimos a pedir golosinas, donde todo está decorado con calabazas y, bueno, una festividad del siglo XXI, donde el capitalismo ha hincado el diente para vendernos cada año todo tipo de decoraciones y disfraces macabros.

Pero, ¿de dónde viene en realidad esta festividad? Esta tradición proviene de los antiguos celtas, conocida como Samhain, donde la gente encendía hogueras y usaba disfraces para proteger de hadas y espíritus malignos. Se celebraba el fin de la cosecha y marcaba el principio de los meses de oscuridad, donde la barrera entre el mundo de vivos y los muertos era muy fina. Para los celtas era una de las celebraciones más importantes del año, y tenía lugar en el punto medio entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno.

En la Edad Media, cuando el cristianismo empezó a envolver casi toda Europa, la iglesia cristianizó esta festividad pagana. Esto fue en el siglo VIII, cuando el Papa Gregorio III trasladó la festividad de todos los Santos del 13 de mayo al 1 de noviembre.

En los siglos siguientes la influencia del cristianismo se había extendido ya por toda Inglaterra, Escocia e Irlanda, suplantando de esta forma esta festividad celta con cientos de años de historia.

La palabra Halloween proviene de la contracción de las palabras “All Hallows Eve” que significa algo así como “víspera de todos los santos”.

Durante la época colonial, inmigrantes irlandeses llevaron la fiesta de Halloween a América, donde poco a poco fue evolucionando.

Al principio esta celebración fue algo limitada, debido a las creencias protestantes del momento en ciertas regiones de Norte América. Con el paso de los años, la mezcla de la cultura de los indios americanos y la de los europeos propició que surgiera la versión americana de Halloween.

TRUCO O TRATO

Esta tradición de ir pidiendo golosinas por la casa de tus vecinos no se sabe exactamente de dónde procede, aunque se cree que puede derivar de la Edad Media, de cuando la gente se disfrazaba y hacía payasadas a cambio de comida y bebida.

Con la cristianización de esta festividad celta, las familias más pobres visitaban las casas de los ricos y éstos les obsequiaban con pasteles a cambio de orar por las almas de los parientes muertos de los propietarios.

En Escocia, la gente más joven visitaba los hogares de los vecinos, donde cantaban canciones, recitaban poemas y contaban chistes a cambio de golosinas.

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LA CALABAZA DE HALLOWEEN

Para hablar de la tradición de la calabaza os tengo que hablar de la leyenda de Jack el tacaño, también conocido como Jack-O-lantern.

Hace mucho, mucho tiempo, había un irlandés al que todos llamaban Jack el tacaño, un hombre mentiroso y tramposo, al cual le gustaba mucho beber y no pagar sus bebidas. Una noche de Samhain, a la media noche, el diablo apareció para llevarse el alma de Jack mientras se estaba emborrachando en una taberna. Pero el viejo Jack quiso invitar a un trago al diablo antes de irse al infierno, y pidió dos whiskies. Cuando los terminaron, Jack el tacaño, como de costumbre, no tenía dinero para pagar las bebidas, así que le pidió al diablo, ya que se podía convertir en cualquier cosa, que se convirtiera en una moneda de oro para poder pagar, y así saldar todos las cuentas con el tabernero y limpiar su nombre; luego se marcharía con él. Al diablo le parecía gracioso todo lo que estaba ocurriendo y no veía mal cumplir su último deseo, pero Jack estaba tramando algo.

Cuando el diablo se convirtió en moneda Jack se la guardó en el bolsillo donde tenía un crucifijo de plata, lo que evitó que el diablo volviera a su estado original. El diablo enfurecido le dijo a Jack que le sacara inmediatamente del bolsillo, pero este le ofreció un trato para ello.

Te sacaré del bolsillo si no reclamas mi alma en 10 años. El diablo, muy enfadado por el engaño, aceptó.

En los siguiente años Jack no cambió su comportamiento, siguió siendo una mala persona, un malhechor y un mentiroso, emborrachándose y no pagando sus bebidas. Y el día llegó, pasaron los 10 años, pero a Jack se le ocurrió otro plan para que el diablo no se llevara su alma. En la medianoche del 31 de octubre, esperó al diablo en un camino donde había un gran manzano, y el diablo, como era de esperar, apareció.

"Jack, he venido a cobrarme el trato que hicimos, vengo a por tu alma". A lo que el viejo Jack respondió: "me gustaría pedirte una última cosa; escuché que el infierno es un sitio horrible y nunca más volver a sentir el placer de probar la comida me angustia… ¿podrías cogerme una manzana para poder comérmela antes de irme contigo?" El diablo, aunque no se fiaba, aceptó, no veía nada raro, ¿qué podía ocurrir? El astuto Jack, antes de que el diablo bajara, talló una cruz en la corteza del árbol dejándolo atrapado. Jack finalmente le liberó con la condición de que no reclamara su alma, ni en vida, ni en muerte. El diablo, muy enfurecido, aceptó.

No pasaron mucho años hasta la muerte del Tacaño, su alma ascendió al cielo tal y como él esperaba, pero al llegar a las puerta del paraíso San Pedro le negó la entrada, no permitiría que una figura tan desagradable entrara al cielo. Por lo que el alma de Jack descendió al infierno donde se encontró por tercera vez con el diablo, y le dijo que ahí tampoco podría entrar, tenían un trato. Jack le preguntó entonces al diablo dónde podía ir. El diablo le respondió: "tu alma no tiene lugar alguno donde ir, te quedarás vagando en la oscuridad para toda la eternidad, entre el mundo de los vivos y el de los muertos". El diablo, apiadándose del pobre desgraciado, le lanzó un pedazo de carbón incandescente para que pudiera iluminar un poco el camino. Entonces Jack encontró un nabo tirado en el suelo y, recordando cómo lo solía hacer de niño con su familia, vació el nabo para meter el carbón dentro.

Los irlandeses comenzaron a referirse a esta figura fantasmal como "Jack of the Lantern" (Jack el de la linterna), que pasó más tarde a simplemente "Jack O'Lantern". Cuando los inmigrantes irlandeses y escoceses llegaron a América, los nabos pasaron a ser calabazas.

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Yo espero que este Samhain, Halloween o como queráis llamarlo, seáis buenas personas, paguéis todas vuestras bebidas para que no acabéis vagando solos por las calles de la ciudad como Jack el Tacaño.

HAPPY HALLOWEEN.

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